Meghan Everdeen y el capitolio

    Cuando Thor, el padre de la niña, tuvo que partir hacia su país de origen, Hermione Granger, la madre de la criatura, tuvo que llevarla a un bosque para que la acogiesen, pues ella no podía permitirse el mantener a una personita como Meghan.
   Hermione deja a la niña en Panem, en el distrito 12, donde Katniss Everdeen se encargará y promete a Hermione cuidar de ella. Deciden ponerle a la niña el apellido Everdeen como la persona que estará con ella y la que hará de madre en todo momento.
    Cuando Meghan fue creciendo Katniss le enseñó todo lo que sabía sobre la caza, el manejo del arco, el uso de trampas...
    Meghan al hacerse mayor ya pudo ir sola al bosque, fue allí donde encontró a su mascota, una bonita zarigüeya gigante a la que la niña se subía en el marsupio del animal para que este la transportase.
   Meghan poco a poco fue cazando distintos animales del bosque llevandolos a su cabaña para poder alimentarse.
    La pequeña, aprendió de Katniss en lo relativo a su inteligencia, a su perspicacia, y a su valentía, pues le iba a hacer falta teniendo al capitolio observandoles en todo momento.
   Cuando Meghan ya tenía 14 años, y ve todo el daño que le hace el capitolio a ella y a sus seres queridos decide oponerse y acabar con esa injusticia. Pero en el momento que el poder se de cuenta de lo que trama acabará con ella, o mucho peor, con todos los suyos.
    Meghan decide hacer un pequeño ejercito uniendo a todos los jóvenes que estén en desacuerdo con las barbaridades que el capitolio hace con ellos y lo que intentan es llegar a la mansión del presidente para acabar con él.
   Después de díficiles caminos e increíbles peligros Meghan llega a la mansión y consigue acabar con el presidente, y con ello con el poder, es decir, los buenos han vencido, y Meghan es definitivamente una heroína.