sábado, 18 de abril de 2015

Microrelato
 
Este verano estuve en Madrid y allí mi parte favorita fue la del Acuopolis, que es el parque acuático de Madrid. Allí nada mas llegar me encontré con una decoración hawaiana, y esto no me extrañó, porque ya había estado el año pasado. Para calentar un poco me subí a una de las atracciones mas pequeñas y la verdad es que no disfruté mucho; pero después mi padre me hizo subirme con él en una atracción de dos personas y... que pasó? que directamente pasé de la más pequeña a la más grande, que mi padre y yo al ser tan grandes pesábamos mucho y claro: volcamos! y mi padre se cayó encima de mí. Eso dolió pero lo peor estaba por llegar todavía. Al cabo de un rato llego mi tío. Mi padre y yo vimos que había una piscina de olas, y la olas eran diminutas, y toda la gente estaba gritando, y en ese momento me vino a la cabeza que esta gente nunca había estado en una playa en su vida. Nos subimos a una atracción muy chula que consistía en simular el que nos hubiese comido un cocodrilo. El donut era de tres así que pudimos subir juntos, empezamos a bajar y hasta entonces era mi atracción favorita de todas hasta que llego el final: volcamos y mi tío se cayó encima de mi y mi padre encima de mi tío, o sea: que casi me muero!! Recuerdo eso como uno de los dolores más grandes de mi vida. Después yo me tiraba desde un sitio de unos 4 metros, y me fijé en que había una tirolina para tirarse, y yo cuando solo me faltaba una persona para mi turno vi que esa persona dio la voltereta en el aire y cayó dando un planchazo terrible en la espalda y a pesar de eso me tiré.

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