martes, 14 de abril de 2015

Microrrelato

A mediados del año pasado mi madre y mi padre decidieron hacer una caminata. Ya en el pueblo donde comenzaba la caminata cogimos las mochilas y llenamos las cantimploras. Al comenzar la caminata tuvimos que guiarnos por un mapa porque no teníamos ni idea de donde estábamos. Cuando al fin nos enteramos por donde ir, pasamos por una pequeña fuente para descansar y beber agua. Unos pocos metros después, cundo yo estaba tarareando una cancion tonta, me encontre con una ardilla enganchada en el alambre. Mi padre la desengancho del alambre y la ardilla nos dio un collar de diamantes por haberla ayudado.

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